lunes, 19 de marzo de 2012

Nuevos mecanismos para la distribución de semillas, cesta comunal y puesto de venta


Después de una breve pero intensa andadura, seguimos trabajando sobre las formas organizativas y maneras de funcionamiento de la Asociación Agrodílar. La siguiente propuesta es el resultado de un intenso debate entre los miembros de la asociación, por lo que se trata de una construcción colectiva. A continuación desarrollamos en qué consiste la nueva forma de organizar la distribución de semillas, la cesta y el puesto comunal.

  1. Distribución de semillas
La Asociación es la encargada de proporcionar las semillas y plantones de los cultivos para la asociación, según la planificación acordada y la distribución de los cultivos entre las huertas. Esta labor se gestiona a través de los grupos de trabajo de semillero.

Cada huerta, pues, recibirá las semillas de los cultivos que han decidido asumir para la asociación. Cada entrega de semillas/plantones ha de ser registrada y transformada en dileños. De esta manera, cada huerta ha de aportar en productos el número de dileños que se le ha entregado en semillas/plantones.

El valor de las semillas responderá a su coste, tanto los euros de las semillas como el trabajo que conlleva cultivar los plantones. Así, las semillas de siembra directa valdrán en dileños su coste en euros (por ejemplo, si son de sobre 1,20 dileños). Sin embargo, los plantones cultivados en los semilleros valdrán en dileños lo que cuesta en euros en las tiendas (para lo que habrá que hacer un listado de los precios de cada cultivo).

El trabajo de los grupos de semillero se valorará igualmente. Este grupo recibirá de los plantones el valor total menos el coste de la semilla. Por ejemplo, si cada plantón de cebolla costara en las tiendas 0,05 céntimos, y se entregaran 100 plantones, el grupo del semillero recibiría 5 dileños menos el 1,20 de las semillas, o sea, 3,80 dileños (a repartir entre los miembros del grupo).

Con este intercambio quedaría saldada la deuda inicial de cada huerta con la Asociación, lo que otorga la decisión final relativa a qué hacer con los productos (si consumirlos, intercambiarlos o venderlos) a cada agricultora en relación a su parte del cultivo.

  1. La Cesta Comunal
Cada miembro ha de decidir los productos de su parte que quiere destinar al intercambio. Una vez hecho esto, y de cara a la reunión de la asociación previa a la cesta, cada huerta presentará su propuesta de productos disponibles para el intercambio.

En la reunión previa a la Cesta se decidirá sobre lo que cada huerta puede aportar a la Cesta, en función de la demanda. Así pues, se hará un triple ejercicio:
  • Listado de productos ofertados por cada huerto: lo que muestra la disponibilidad que hay en cada huerta en cada momento.
  • Listado de demandas de productos: donde cada persona comunicará los productos por los que está interesado.
  • Distribución de aportaciones a la cesta: teniendo en cuenta los listados anteriores, se decidirá colectivamente lo que cada huerta equitativamente aportará a la cesta comunal.
Con este sistema buscamos reducir al máximo las pérdidas en los excedentes de productos que no se intercambien.

El día de la Cesta se dará entrada a los diferentes productos aportados por cada persona otorgándoles un valor en dileños, con los podrá adquirir otros productos.

La Asociación se quedará con un 10% de las aportaciones de cada productor que se intercambien. Es decir, si hay productos que no se llegan a intercambiar, no se le aplicará a éstos ese 10% y el productor se los llevará consigo.

  1. El Puesto de venta
En la reunión previa al puesto (la misma que la de la Cesta) se realizará algo parecido a lo hecho con la cesta, pero con alguna salvedad.

Primero se hará un listado de oferta de productos donde se tendrán en cuenta, además de lo disponible en cada huerta (de los productos para la asociación), los productos de la asociación (el 10% de los intercambios en la CC.) y las contrapartidas de las semillas (los productos que cada huerta entrega a cambio de las semillas recibidas).

Dado que la parte de la asociación nos beneficia a todas, todos sus productos entrarían directamente en el puesto. Acto seguido, y dado que no contamos con un conocimiento de la demanda, la asociación estimará una demanda y repartirá equitativamente los productos que cada huerta ha de aportar (en función de su oferta).

Con este acuerdo colectivo, la Asociación asume la responsabilidad sobre los excedentes que queden del puesto. Es decir, una vez se cierre el puesto, se echarán cuentas y se repartirá en función del porcentaje de aportaciones. La Asociación se llevará el 20% de la caja (10% para las personas del puesto y 10% para la caja de la Asociación). Además de la aportación económica, cada persona de la asociación que aporte productos compensará su aportación con otros productos del puesto o, en su defecto, con su valor en dileños.
 
Los excedentes serán asumidos por la asociación (compensado en dileños a los productores de esos cultivos). La Asociación ha de buscar formas de recolocar los productos (listado de contactos, grupos de consumidores...) para minimizar las pérdidas. Entre las posibles salidas también se contempla la elaboración de conservas para la asociación.

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