miércoles, 31 de agosto de 2011

Propuesta Asociación Agroecológica de Dílar

La Asociación Agroecológica de Dílar es un proyecto que nace en el seno de la Asamblea de Dílar. Sin embargo, se trata de una entidad autónoma. Es decir, la Asociación es soberana sobre sus propias decisiones. Lo cual no quita que escuche, dialogue y trabaje conjuntamente con la Asamblea de Dílar en la consecución de objetivos como fomentar, poner en valor y dinamizar la agricultura en el municipio.

Y es que la Asociación se orienta a fomentar la producción y el desarrollo de la agricultura ecológica sin ánimo de enriquecimiento. Todo ello, bajo el enfoque de la autosuficiencia y la autogestión del cultivo y distribución de verduras, frutas y legumbres, potenciando la colaboración por encima de la competitividad.

La intención de esta propuesta es crear un marco de actuación donde se den cabida a que las diversas personas que quieran participar en la Asociación, lo puedan hacer en función de su tiempo disponible y necesidades personales. Para ello, se han elaborado una serie de modalidades de participación que se desarrollarán a lo largo de la propuesta.

La Asociación reconoce la importancia de encontrar, desarrollar y mantener contacto con  agricultores en el pueblo, para animar el debate sobre la agricultura ecológica, compartir experiencias y para aprender/recuperar los saberes tradicionales que nos vinculan al territorio.

Finalmente, la Asociación quiere trabajar para que Dílar sea un punto de referencia para la agricultura ecológica. Razones por la cuáles se le da gran importancia a la formación y difusión de esta forma de hacer respetuosa con el entorno que nos da de comer.

Después de presentar algunas de las características generales de la Asociación, detallaremos algunos de los aspectos relativos a la misma.

MODALIDADES DE PARTICIPACIÓN Y HUERTOS


Para participar en la Asociación, hemos elaborado diversas formas de organizar el trabajo en las huertas, la elaboración de conservas y otros servicios que pueden ser requeridos u ofertados por la Asociación. Así tenemos:

Huertos abiertos: Esta modalidad consiste en la gestión de terrenos por grupos de trabajo abiertos a la participación de cualquier socio. Cada socio puede trabajar y participar en uno o más huertos abiertos, apuntándose en una lista constituida para tal fin. Esta modalidad está pensada para aquellas personas que no poseen terrenos para trabajar o que no cuenta con el tiempo suficiente para gestionar una huerta. Los huertos abiertos están gestionados por un grupo de responsables (al menos dos personas) encargados de: organizar las tareas a realizar en el terreno, el cuadrante y el seguimiento continuo del cultivo; coordinarse con los demás huertos que producen para la socio para la planificación general (selección de variedades, siembra, cantidades etc. que elaborará una comisión específica, con el objeto de articular lo que se produzca en cada huerto para la Asociación); la planificación interna del huerto abierto (Siembra, labores etc.); informar de la marcha del huerto a los socios; coordinar a los socios y las demandas internas del huerto. Las horas de trabajo realizadas en el huerto por un socio se recompensarán con productos del mismo huerto.  La cantidad de productos dependerá en la cosecha final. La Asociación recibirá un porcentaje de la cosecha final para la cesta comunal y/o el puesto (de los que hablamos más adelante).

Huertos particulares: se refiere al socio o grupo de socios que ya tienen un huerto en funcionamiento (o que lo van a abrir) y que, además de producir para sí, también se encargan de producir una serie de productos que le indica la Asociación (para la que se hará una programación general de cultivo teniendo en cuenta tanto a las huertas particulares como a las huertas abiertas). Con los productos de la Asociación se puede participar de las modalidades que para dar salida a los cultivos, ofrece la misma (intercambio y venta). Los socios con huertos particulares tienen el derecho a ofrecer sus productos (los que no se orientan a la Asociación) a la venta a través del puesto de la Asociación y/o en las tiendas. Pero no podrán participar en la cesta comunitaria con los mismos, cuestión reservada a los cultivos para la asociación.

Huertos comunales: si en las dos opciones anteriores nos referimos a policultivos, estos huertos se orientan a hacer monocultivos colectivos de legumbres y cereales (principalmente). La gestión de los huertos comunales correrá a cargo de un grupo que organice las distintas tareas que requiera el cultivo, además de convocar y gestionar la participación de otros socios y/o grupo de socios. Cada grupo de huerta particular y abierta podrá decidir de qué manera y con cuanta gente participará en estos cultivos. El sistema de retribución se basará en la relación entre horas dedicadas y producción obtenida del cultivo. Al igual que ocurría con los huertos abiertos, en los comunales un porcentaje de la producción irá para la asociación

Otras formas de participación: además del cultivo directo, la Asociación quiere dar cabida a otros formatos de participación, con el objetivo inclusivo de hacer partícipe a todo aquel que tenga interés, independientemente de los tiempos y recursos de los que disponga. Algunas de estas fórmulas van desde la elaboración de conservas y otros productos derivados del campo (con la que se hará una despensa que formará parte de la cesta de distribución comunal), hasta la aportación de maquinaria. Para ello, la Asociación convocará jornadas para la preparación de conservas: embotar, secar etc. Además de estas formas de participación, la Asociación está abierta a propuestas y nuevas iniciativas.

SEMILLEROS

Otro elemento fundamental para la Asociación, además de los propios huertos, es la creación de semilleros comunales. Estos semilleros estarán gestionados por un grupo de trabajo, que estará al tanto de conseguir las semillas que se quieran plantar y del mantenimiento del semillero. Especial importancia tiene la planificación escalonada de los cultivos, de manera que podamos disponer de una variedad de productos a lo largo de todo el año. Hasta el momento se ha puesto en marcha ya un semillero comunal, pero no se cierran las puertas a que se abran otros semilleros complementarios.

Este grupo sería el encargado también de gestionar el banco de semillas que se formará a partir de las primeras cosechas. El objetivo de esta herramienta es el de caminar hacia el autoabastecimiento de semillas, que nos permita, a su vez, recuperar semillas autóctonas, e intercambiar con otros agricultores y experiencias cooperativas.

LA CESTA DE DISTRIBUCIÓN COMUNAL.

Los productos de la Asociación, de huertos abiertos, particulares y comunales, se introducirán en una cesta comunal. Esta cesta está destinada al intercambio y redistribución de estos productos, de manera que cada socio puede aprovechar  la cesta comunal para cambiar sus verduras por otras. Para ello, hemos de tener en cuenta que habrá una planificación general en la que se le asignará a cada huerta una serie de productos a cultivar. Por lo que, los productos que se cultiven para la asociación serán distintos en cada huerto (ya sea en especies o en variedades de una misma especie). De esta manera cada socio tiene acceso a todo los productos de la asociación.

Esta cesta funciona sin dinero, solo existe la posibilidad de cambiar algunos productos por otros. Para ello, se elaborará un baremo que equipare unos cultivos a otros, especialmente necesario cuando la medida que utilizamos es el peso (y no es lo mismo lo que produce una tomatera que lo que produce una planta de pimiento, en cuanto a peso se refiere). La cesta puede ser abierta un día fijo de cada semana, o los tiempos que se estipulen como necesarios, en función también de la producción que haya en cada periodo.

Para la gestión de la cesta comunal habrá otro grupo de trabajo, que además de hacer un seguimiento de lo que entra y sale de la cesta, tendrá la labor de realizar y comunicar el inventariado de productos disponibles. También se encargarán de gestionar el reparto en los casos que así se requiera (especialmente, cuando haya pocas cantidades de un producto, y haya que medir más el reparto para que resulte lo más equitativo posible).

A su vez, los excedentes de la cesta comunal pueden servir para sufragar otras necesidades de la asociación. Por ejemplo, se quiere explorar la posibilidad de hacer intercambios de productos con otras asociaciónes/productoras, para ampliar el rango de productos de los que disponer. Nos interesaría tener acceso a productos que no se pueden cultivar aquí, como pueden se naranjas, aguacates, mangos, etc.

LA ASOCIACIÓN Y EL MERCADO LOCAL

La Asociación considera que una de sus funciones principales es, además de la difusión de información sobre la importancia de la agricultura ecológica, el ofertar tanto la práctica como el consumo de productos ecológicos. Con esto se busca hacer accesibles productos ecológicos a personas que no tienen tiempo ni tierra para realizar sus propios cultivos.

Para ello, se plantean dos líneas estratégicas orientadas a la venta de los productos: por un lado, la preparación de un puesto para poner en los mercadillos de Dílar y municipios próximos (Otura, Gójar, Ogíjares…); por otro lado, ofrecer los productos a tiendas locales de alimentación. Ambas tareas estarán desempeñadas por un mismo grupo de trabajo, que se encargará también de pedir los permisos oportunos para los mercadillos, preparar (hacer atractivo) y gestionar el puesto, y de ofrecer los productos a las tiendas locales.

El puesto

Cada socio tiene el derecho a ofrecer sus productos para la venta en el puesto y/o en las tiendas.  Hay un mínimo de productos que se puede poner a la venta (es decir, no se puede pedir que vendan un tomate). El dinero de la venta total del puesto se repartirá entre los socios que han puesto productos, sean de huertos abiertos o particulares.  La distribución del dinero se hará según la cantidad de productos que cada uno haya aportado y la venta total del puesto. Es decir, dado que los cultivos para la asociación que lleva cada huerto son “impuestos” por la misma, y para evitar que algunos se puedan llevar mucho mientras que otros no se llevan nada, el reparto de las ventas se hará de forma equitativa, según el baremo que se establecerá entre los productos. Con lo que, se vendan o no los productos que se aporten al puesto, cada socio se llevará su porcentaje de las ventas. La Asociación recibirá también otro porcentaje del dinero que gane el puesto.

Los productos que sobren del puesto se pondrán en la cesta comunal; excepto los productos de los huertos particulares que no estuvieran destinados a la asociación, en cuyo caso se le devolverán al socio. Lo mismo sucede con los productores que no forman parte de la asociación pero que quieren ofertar sus productos (siempre y cuando se traten de cultivos ecológicos). Dependiendo del estado de conservación, los excedentes de la venta también pueden ser enviados para su procesamiento y conservación.

El puesto puede ofrecer otros productos, ajenos al huerto pero relacionados con el campo (aceites, jabones, tinturas, pomadas, plantas medicinales etc.), elaborados por los socios (en aras de mantener la honestidad, habrá una sección para conservas ecológicas y otra para artesanales, que no cuenten con todos los ingredientes de procedencia ecológica).

Aunque en el siguiente apartado comentaremos la cuestión de la difusión, cabe mencionar que se plantea la posibilidad de emular a otros puestos de otras asociaciones/cooperativas, e incluir una mesa informativa que le cuente a los clientes de dónde vienen los productos, cómo han sido cultivados, incluso para invitarles a que visiten las huertas.

La labor realizada por el grupo de trabajo será contabilizada como “horas comunales” que se pagarán en productos de la asociación, que posteriormente cada socio podrá elegir si consumirlo, intercambiarlo o ponerlo a la venta.

A pesar de que no se puede poner el puesto hasta que no se cuente con unos productos que ofrecer, se plantea que el grupo se vaya conformando y formando al respecto de cómo llevar un puesto, cómo diseñarlo y hacerlo atractivo, etc. Para ello, se propone visitar otros puestos de cooperativas y asociaciones como, por el ejemplo, el de Ecovalle.

INFORMACIÓN, FORMACIÓN Y DIFUSION

Si antes decíamos que uno de los objetivos de la Asociación es el fomento y dinamización de la agricultura ecológica en Dílar, una cuestión importante es la difusión. Para ello, un grupo de trabajo elaborará una propuesta donde se recojan las diferentes vías para informar a la población sobre las posibilidades del cultivo ecológico. Entre otros mecanismos, podemos mencionar: la creación de una página web; un díptico que sirva para presentar a la Asociación y los productos que ofrece; un teléfono de contacto, etc.

A su vez, este grupo (u otro, si se considera oportuno) se encargará de buscar contactos, información relativa a las temáticas que trabajamos, y de organizar procesos formativos (talleres, charlas, mesas de debate…) o cualquier otra actividad que contribuya al fomento y comprensión de la agricultura ecológica. Una posibilidad a barajar sería solicitar talleres de empleo relacionado con la agricultura ecológica.

EL LOCAL

Un último punto, y no por ello menos importante, es la necesidad de un espacio físico que sirva para diversos usos que pueden ser requeridos por la Asociación. Un referente físico y punto de encuentro que sirva para desempeñar algunas funciones importantes como la planificación (cultivos, recolección de semillas…), desarrollo de reuniones, organización de actividades, un punto de información de cara al público, o servir como espacio para la conservación de alimentos, donde también organizar la cesta común y depositar los materiales de que dispongamos.

Para ello, se hace una petición formal a la Asamblea de Dílar para, en función de las características del espacio y las necesidades de la asamblea, poder disponer de un espacio para la Asociación en la cedida Casa de los Maestros.

EN RESUMIDAS CUENTAS…

Se trata de una asociación agroecológica, centrada en su interior de cara al intercambio y redistribución, pero dando también cabida a la difusión y venta de los productos de la huerta a gente que directamente no puede participar de la asociación, pero que le interesa consumir productos locales de calidad.

Los formatos de participación, dado que se trata de una asociación de productores -principalmente-, se estructuran en torno a tres tipos de huertas: las abiertas, donde cualquier socio puede participar, abriendo la posibilidad a hacerlo en diferentes huertas abiertas; las particulares, gestionadas por un grupo cerrado de gente, en el que además de cultivar para sí, se responsabilizan de cultivar algunos productos para la asociación, y; las comunales, en las que pueden participar tanto personas a título individual como los grupos de trabajo de las huertas abiertas y de las particulares. En todas las modalidades, las remuneraciones vienen en forma de productos.

Lo que nos lleva al tema de dar salida a los productos. Cada socio con sus productos puede hacer lo que considere oportuno. Desde la asociación, además de su consumo, ofrece dos posibilidades: una, entrar en el proceso de intercambio de la cesta comunal y/o; dos, poner los productos a la venta, ya sea a través del puesto en los mercadillos o de las tiendas locales.

Finalmente, recuperamos los distintos grupos de trabajo a los que se han ido haciendo mención a lo largo de la propuesta:

Grupo de semillero: su labor es la de planificar y gestionar el semillero comunal. En el caso de haber varios semilleros, se formará un grupo para cada uno, y tendrán que coordinarse entre sí.
Grupos de trabajo de las huertas particulares: son cerrados, y se encargan de gestionar, además de sus propios cultivos, una parte de los productos para la asociación.
Grupos responsables de las huertas abiertas: cada una de las huertas abiertas ha de contar con un grupo que se encargue de hacer un seguimiento continuo al cultivo además de organizar y dinamizar la participación de otros socios.
Grupo responsable de huertas comunales: son los encargados de planificar los cultivos comunales (principalmente, cereales y legumbres), convocar a los trabajos colectivos, y demás aspectos relativos a esos campos.
Grupo de coordinación de la cesta comunal: se encargará de gestionar las entradas y salidas de los productos, así como las posibilidades de redistribución interna (inventariado de productos disponibles). También elaborarán una propuesta que establezca una equivalencia entre los diversos cultivos, válida tanto para el intercambio a través de la cesta comunal, como del puesto.
Grupo de comunicación con otras cooperativas y asocioaciones: son los responsables de comunicarse con otras cooperativas y asociaciones que puedan estar interesadas en intercambio de productos, estar al tanto de lo qué disponen, etc.
Grupo de trabajo de venta al público: son los encargados de gestionar el puesto, de entrar en contacto con los Ayuntamientos (para poner un puesto en el mercadillo) y las tiendas de la zona para la distribución de los productos.
Grupo de difusión: son los que prepararán una estrategia de difusión, en la que se pueden incluir elementos como una página web, panfletos, contactos, etc.
Grupo de formación: encargado de organizar posibles talleres, charlas informativas, mesas de debate… donde nos podamos formar en estas materias; aprendizaje imprescindible tanto para el cultivo como para la difusión de la agricultura ecológica. Como decíamos antes, estos dos últimos grupos podrían fusionarse, si se considerara pertinente.

Aparte de los grupos de las huertas particulares (quienes ya reciben su retribución en productos), todas las horas que se desempeñen en estas comisiones serán calificadas como “horas comunales” y compensadas con productos de la cesta comunal que, a su vez, podrá consumir, intercambiar o poner a la venta en el puesto y en las tiendas.





Asociación Agroecológica de Dílar

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